Es necesario sanar las heridas del corazón humano que dificultan la paz
‘Fraternidad desfigurada: de hermanos a enemigos’
Con la conferencia “Fraternidad desfigurada: De hermanos a enemigos”, pronunciada por la teóloga y académica brasileña, Vitoria Andreatta De Carli, dio inicio el segundo día del Simposio Teológico Internacional “Fraternidad para sanar el mundo”. En su intervención, destacó la urgencia de fraternidad para sanar las heridas del mundo, en una época de crisis como la que se vive en “distintos países de América Latina que sufren la pobreza, la desigualdad y otros continentes con situaciones agravadas por la pandemia. y sus consecuencias”.
Para ello, dijo, “es necesario sanar las heridas del corazón humano que dificultan la paz y la reconciliación”.
Agregó que en la actualidad “estamos llamados a reavivar el don de Dios y la conciencia de cómo todos los pueblos, abrazados por el amor eucarístico que brota del corazón de Cristo, son hijos fraternos de un mismo Padre, constructores de fraternidad entre los hombres y de la fraternidad”.
Destacando citas del Documento Base del 53° congreso Eucarístico Internacional, la teóloga brasileña apuntó que “La fraternidad es un sueño que impregna a toda la humanidad. No es una utopía, sino la oportunidad de realizar la vocación de cada uno: la llamada al encuentro con los demás”.
Señaló que en la realidad está “cada vez más presente de la “Fraternidad desfigurada: de hermanos a enemigos”.
“En este contexto de un mundo enfermo, donde la herida sangrante se generó y permanece viva, es justo donde Dios quiere que los hermanos construyamos relaciones justas y fraternas basadas en la experiencia de una auténtica espiritualidad cristiana, que busca desarrollar la gracia de Dios en el lenguaje de su tiempo”, apunta.
Mencionó el compromiso del Papa Francisco como “defensor de hermandad universal, enfatizando la importancia de construir puentes en lugar de muros, y promover la unidad y la paz en un mundo dividido”.
Para Vitoria De Carli, el “Papa Francisco llama a toda la humanidad a trascender divisiones y conflictos, buscando la fraternidad que une a todas las personas, independientemente de sus diferencias culturales, sociales o religiosas”.
Por otro lado, consideró que las “acciones de los que odian y de los influyentes fundamentalistas que alientan actitudes de odio en las redes sociales son un ejemplo de fraternidad desfigurada. Las redes que deberían promover la conexión entre las personas se convierten en redes de desconexión”, enfatizó.
Según dijo, “no hay que temer el “caos”, ya que es precisamente de él de donde Dios extrae sus obras más creativas. En esta crisis en la que se revela el agotamiento de los sistemas y modelos económicos y culturales, el Papa Francisco enseña que estamos impelidos a superar “soluciones prejuiciosas, como aquellas que alimentan esquemas de polarización de exclusión ideológica, emocional, política, de género y cultural”.
Enfatizó que, para que se produzca una verdadera experiencia iluminadora y espiritual de comunión con Dios, los fieles laicos cristianos necesitan conocer y vivir una auténtica espiritualidad cristiana de fraternidad que no requiere salir del mundo, ni conformarse a la mentalidad del mundo ( Rom 12,2), considerando el contexto actual de indiferentismo religioso, ateísmo, desesperanza y búsqueda de lo espiritual”.
