“Llamados a la reconciliación”: P. Damián Howard
El conflicto actual intergeneracional y cómo las tecnologías y redes sociales afectan significativamente en la generación joven, fue el tema abordado por el padre Damián Howard, capellán de la Universidad de Oxford, Inglaterra. En la segunda ponencia de la mañana de este jueves, el sacerdote jesuita destacó que el proceso de construcción de la identidad en las generaciones actuales se ve fuertemente influenciado por las tecnologías digitales.
En su conferencia dijo que las tecnologías permiten seleccionar múltiples marcadores identitarios como el género, la raza, la religión o la salud mental. Estos marcadores, más que ser definitivos, son puntos de partida para la exploración, continúa.
Las redes sociales refuerzan una ética de autenticidad y tolerancia, donde cada individuo está llamado a ser fiel a su autodescripción y pertenecer a comunidades virtuales basadas en estos marcadores.
A nivel generacional, dijo, el sentido de identidad se enmarca cada vez más en narrativas de agravio, especialmente en la Generación Z, marcada por eventos como el 11-S, la crisis financiera, la violencia de ISIS y la pandemia de COVID-19.
Agregó que, la percepción de un futuro dominado por la guerra, el colapso ambiental y la inteligencia artificial (IA) refuerza este sentimiento de crisis. La Eucaristía, finalmente, se presenta como una fuente de sanación para la fraternidad intergeneracional herida.
Para el padre Howard, en las últimas décadas, las tensiones entre generaciones han cobrado una prominencia creciente. Los Baby Boomers disfrutaron de beneficios como viviendas propias y subsidios para la educación, contrastando con los Millennials, quienes enfrentan altos costos educativos y dificultades para adquirir propiedades. Además, mientras los Boomers contribuyeron al calentamiento global, son las generaciones más jóvenes, como Millennials y Generación Z, quienes padecen sus efectos.
Este conflicto intergeneracional, dijo, también refleja una búsqueda de identidad en un mundo saturado de datos y redes sociales. La Generación Z, que ha crecido en plataformas como TikTok e Instagram, utiliza diversos identificadores para situarse en un entorno abrumador de información. Sin embargo, la crítica hacia las generaciones anteriores a menudo ignora sus contribuciones positivas y se enfoca en un deseo de retribución.
El concepto de interseccionalidad une estas luchas, sugiriendo un mundo saturado de opresión y violencia, aunque falta una visión clara de un futuro libre de tales problemas. La etiqueta «woke» se utiliza para describir estas preocupaciones, pero a menudo es rechazada por aquellos que se oponen a ella, generando una mayor polarización en el discurso público.
“Hemos visto cómo la cultura digital anima a los jóvenes, primero, a hacer de la identidad una cuestión crucial en sus vidas y, después, a interpretar la identidad de un modo sorprendentemente plano y superficial, reducible de algún modo a una serie de marcadores que deben corresponderse con un sentimiento de sí mismos”, dijo el capellán.
Finalmente, subrayó la importancia de promover una verdadera fraternidad intergeneracional basada en la comunión con Cristo. Esta comunión implica un encuentro con la gratitud y las relaciones sociales y colocar a estas bajo un marco de don y generosidad. Señaló que esta gratuidad es una de las diferencias más marcadas entre la inteligencia artificial y la auténticamente humana, impregnada de caridad. En un futuro, la humanidad enfrentará crecientes tensiones con la tecnología, lo que requerirá resistencia y fidelidad a lo humano.