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Homilía de navidad – Mons. Alfredo José Espinoza Mateus,SDB, Arzobispo de Quito y Primado del Ecuador.


HOMILÍA DE NAVIDAD

Quito, 25 de diciembre de 2023

  • El Papa Francisco nos ha dicho que la “Navidad es un ENCUENTRO” … son pocas, pero, profundas palabras para definir la Navidad.
  • Sí, la Navidad es un encuentro, un encuentro con un Dios que se hace Niño y viene a salvarnos, un encuentro con el amor de Dios hecho ternura en la ternura de un Niño, un encuentro con la misericordia de Dios, un encuentro con la Palabra de Dios, porque, como nos dice el Evangelio de hoy, “La Palabra de Dios se ha hecho carne”.
  • Este encuentro con el Niño en el portal de Belén, nos lleva a encontrarnos con el hermano, a acercarnos al “portal” de cada hermano, a buscar al hermano para el que no ha habido sitio y que está abandonado. Y esta es la Navidad de la Fraternidad que estamos invitados a vivir todos nosotros.
  • Nos podemos preguntar si en esta Navidad nos hemos encontrado con el Señor que se ha acercado a salvarnos, que ha llegado a nosotros en estos momentos difíciles que vivimos como país.
  • Nos podemos preguntar también si en esta Navidad nos hemos encontrado con el hermano, si hemos abierto las manos, los ojos, el oído y el corazón para saber ver y escuchar al hermano, para saber abrir el corazón fraterno y poder “sanar las heridas” del hermano concreto, que nos mira y que se acerca a nosotros en esta Navidad.
  • El Papa Francisco afirma que “El nacimiento de Jesús es la novedad que cada año nos permite nacer interiormente de nuevo y encontrar en Él la fuerza, para afrontar cada prueba”.
  • Necesitamos encontrarnos con esa novedad, la novedad del amor de Dios. Necesitamos esa fuerza para nacer de nuevo, pues no es fácil el momento que vivimos en el país. Hay lágrimas, miedos, inseguridad, desempleo, violencia y tantas situaciones de muerte que leemos a diario.
  • Y Jesús viene, viene hoy, ha nacido, y en Él, en el amor de un Dios hecho Niño encontraremos la fuerza para afrontar las pruebas y momentos duros que vivimos todos, pero sobre todo, desde el amor debemos salir para crear Fraternidad y hacer posible un mundo nuevo, un mundo diferente.
  • ¿Qué significa para ti, qué significa para mí, que significa para nosotros que el Hijo de Dios se haga Niño, se haga hombre, que venga a salvarnos?
  • En primer lugar, es una bendición, somos bendecidos por la gracia de Dios. Sí, queridos hermanos, “Dios viene al mundo como hijo para hacernos hijos de Dios. ¡Qué regalo tan maravilloso!… Dios nos asombra y nos dice a cada uno: Tú eres una maravilla!” (Francisco)
  • Este ser hijos en el Hijo nos da fortaleza, nos lleva a encontrarnos con un Dios que nos ama, que nos alienta a no desanimarnos, a seguir adelante, porque somos hijos de Dios. Como nos dice Francisco: “Dios te dice: “Ten valor, yo estoy contigo”. No te lo dice de palabras, sino haciéndote hijo como tú y por ti, para recordarte cuál es el punto de partida para que empieces de nuevo: reconocerte como hijo de Dios, como hija de Dios”.
  • Y aquí está el corazón de nuestra esperanza. Es la Palabra de Dios que “acampó entre nosotros”. “… más allá de nuestras cualidades y de nuestros defectos, más fuerte que las heridas y los fracasos del pasado, que los miedos y la preocupación por el futuro, se encuentra esta verdad: somos hijos amados. Y el amor de Dios por nosotros no depende y no dependerá nunca de nosotros: es amor gratuito, pura gracia” (Francisco).
  • Por último… ¿En esta Navidad nos hemos encontrado con los demás? Francisco nos dice, “Dios nació niño para alentarnos a cuidar de los demás. Su llanto tierno nos hace comprender lo inútiles que son nuestros muchos caprichos. Su amor indefenso, que nos desarma, nos recuerda que el tiempo que tenemos no es para autocompadecernos, sino para consolar las lágrimas de los que sufren”.
  • Reitero hoy mi llamado a vivir una Navidad de la Fraternidad. Recordemos que, “Navidad es un tiempo para transformar la fuera del miedo en fuerza de la caridad, en fuerza para una nueva imaginación de la caridad. La caridad que no se conforma ni naturaliza la injusticia sino que se anima, en medio de tensiones y conflictos, a ser “casa de pan”, tierra de hospitalidad”.
  • Belén es “casa de pan”, que acoge, recibe, a Jesús, Pan vivo bajado del cielo. Y nuestra ciudad de Quito será el próximo año una verdadera “Casa de la Eucaristía” al celebrar el Congreso Eucarístico Internacional y esta celebración nos lanza a vivir la “Fraternidad para sanar el mundo”.
  • Como nos dice el Papa Francisco, “El niño de Belén se ofrece para que lo tomemos en brazos, para que lo alcemos y abracemos. Para que en Él no tengamos miedo de tomar en brazos, alzar y abrazar al sediento, al forastero, al desnudo, al enfermo, al preso…”
  • No tengamos miedo de la Fraternidad. Contemplemos el pesebre, no lo miremos, debemos contemplarlo y desde esta contemplación al Dios hecho hombre, contemplemos al hermano que sufre y salgamos de prisa a “sanar sus heridas”.
  • Que María, la Virgen de Belén, que nos da a su Hijo, nos acompañe en este ir a buscar a su Hijo presente en el hermano. FELIZ NAVIDAD para todos. ASÍ SEA.

Mons.Alfredo José Espinoza Mateus,SDB,
Arzobispo de Quito y Primado del Ecuador.

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