El legado de Quito en el 53° Congreso Eucarístico Internacional: fe y fraternidad
Quito, 1 de agosto de 2024
Redacción: María José Casco
Quito se ha destacado por su profunda devoción eucarística desde la Consagración del Ecuador al Sagrado Corazón de Jesús, el 25 de marzo de 1874. Así destacó la Hermana Patricia Gualpa, religiosa Oblata de los Corazones Santísimos de Jesús y María, al intervenir en el programa “En Camino al IEC 2024”, que se transmite los días lunes, por la señal de radio María.
Según comentó, en el siglo XVII, los padres jesuitas fueron los promotores de difundir el amor a los corazones santísimos de Jesús y María. Muchos fieles se empaparon de esta espiritualidad, como Santa Marianita de Jesús, quien se formó bajo esta devoción. Todo el Ecuador bebió de esas fuentes, gracias a los padres jesuitas”, señaló.
Para la Hermana Patricia Gualpa, en este año, con motivo de la conmemoración de los 150 años de aquella memorable consagración, la ciudad de Quito se convierte nuevamente en una “ciudad eucarística” al ser la sede del 53° Congreso Eucarístico Internacional, que se celebrará del 8 al 15 de septiembre. Este encuentro eclesial contará con la participación de delegaciones de varios países, que se reunirán en la “Carita de Dios” para reflexionar y vivir el Misterio eucarístico bajo el tema “Fraternidad para sanar el mundo”.
La religiosa oblata, que es autora del libro “La República del Sagrado Corazón”, también destacó cómo esta espiritualidad se manifiesta en la actualidad: “El Sagrado Corazón de Jesús es un proceso formativo que vivimos a través de las obras de caridad y solidaridad, y mediante la fraternidad, tema central de este Congreso Eucarístico Internacional. Es común escuchar a los fieles repetir con devoción: ‘Sagrado Corazón de Jesús, en vos confío’. Vivir este testimonio es crucial para nuestra fe”.
El IEC 2024 celebra la historia de devoción de Quito y busca renovar la fe y la fraternidad entre todos los participantes, reafirmando así el legado espiritual del Sagrado Corazón de Jesús, en el corazón de los ecuatorianos y del mundo.
Quito fue también sede del primer Congreso Eucarístico Nacional del mundo en 1886, un encuentro que profundizó aún más la devoción al Santísimo Sacramento.