Estamos llamados a ser una fraternidad que se alimenta del cuerpo y de la sangre del Señor para sanar al mundo: Mons. Spengler
Con la celebración de la santa misa, presidida por el Arzobispo de Porto Alegre y Presidente del CELAM, Mons. Jaime Spengler, dio inició las actividades del 53° Congreso Eucarístico Internacional. Durante su homilía, el prelado brasileño destacó la organización de esta cita eclesial para vivir la mayor experiencia eucarística. “Estamos llamados a ser una fraternidad que se alimenta del cuerpo y de la sangre del Señor para sanar al mundo”, dijo.
“Vivimos en un mundo herido. Junto a la herida de la pobreza y del hambre para muchos, la crisis ecológica es quizás la otra gran herida del mundo. Una herida que estamos invitados a curar porque somos el puente entre Dios y el mundo, también somos responsables del destino de la creación”, enfatizó.
Para Monseñor Spengler, no se debe olvidar que “el comienzo de la unidad de seguidores de Jesús encontró su fuerza en la llamada de Jesús a la amistad, a la intimidad.
Según dijo, el futuro de la humanidad depende “de nuestras opciones y decisiones”, y recordó que la “crisis ecológica que vivimos está relacionada con la pérdida de sacralidad de los elementos de la naturaleza en nuestra cultura”.
Explicó que el “carácter fundamental de la Eucaristía es que es una reunión y una acción en la que se contempla y se vive todo el misterio de Cristo, es decir, ¡la salvación del mundo, promoviendo la fraternidad universal! La Eucaristía no nos aleja del mundo. Al contrario, nos introduce en el mundo. La Iglesia siempre ha reconocido un fuerte vínculo entre la Eucaristía, la vida comunitaria, la sociedad y la creación”, remarcó.
El presidente del CELAM señaló, además, que el próximo año se celebrará en la ciudad de Belém, Brasil, la COP30 o Cumbre Climática, que será “una oportunidad privilegiada para que los discípulos de Jesús expresen lo que son: ¡sacerdotes de la creación! Sacerdotes de la creación en un mundo herido, decididos a ofrecer al Padre los dones de la creación; deseosos de cooperar en la curación de las heridas del mundo; dispuestos a dar testimonio del poder del amor que da vida a todas las cosas”, destacó.