Adoración del Santísimo
La adoración eucarística es un momento de intimidad, de confianza y de amistad con Dios.
En esos ratos de oración ante el Santísimo, ante Jesús Sacramentado, recordamos que su presencia es fruto del amor que nos tiene.
Tradición que recién comienza en el siglo XIII en Francia con la adoración perpetua. Es decir estar todo el rato junto al Señor y entre personas o grupos se van cubriendo para adorar al Señor expuesto en la Custodia, sin dejarlo solo.
Esto es lógico, y aunque los primeros cristianos solo lo vivían en la fracción del pan, nosotros hemos ido profundizando cada vez más con la Santa Misa y esa presencia verdadera de Jesucristo en el Sagrario.
En el corazón del pueblo cristiano ya está incorporada esta manifestación de amor para acompañarle todo el tiempo que se pueda y poderle expresar todo el cariño que llevamos dentro.
¿Logras ver con los ojos de la fe, del agradecimiento, de la entrega, de la caridad esta locura de Amor?; ¿Cómo podemos hacer nosotros lo mismo en nuestro día a día?
“Yo iba entrando a la iglesia para la Hora Santa. Él : “Lo que vale tu pequeña visita de todos los días, lo verás mejor cuando estés Allá. Que nunca te falte. Y que te sea natural y dulce, pues de ser así crecerá tu mérito. Ya sabes que Me rehúso a forzar las voluntades; y este respeto Mío por vuestra voluntad es una forma más de Amor.” Él y Yo de Gabriela Bossis – El Sentir del Corazón Nº 21 Eucaristía, 888/