Ecuador, país eucarístico desde 1874
En 1949, el Papa Pío XII calificó a Quito como “ciudad eucarística”, por haber sido donde se realizó la Consagración de Ecuador al Sagrado Corazón de Jesús, el 25 de marzo de 1874. A este acontecimiento trascendental de la Iglesia Universal, se suma también el hecho de que, en la ciudad de Quito, se realizó el primer Congreso Eucarístico Nacional del mundo.
Ahora, en 2024, la capital de los ecuatorianos se convierte nuevamente en una “ciudad eucarística”, por ser sede del 53° Congreso Eucarístico Internacional, que se realizará con motivo de la celebración de los 150 años de aquella memorable e histórica consagración, que fue “la primera en el Continente Nuevo y una de las primeras en todo el universo”, en palabras del Santo Padre Pío XII.
Del 8 al 15 de septiembre, delegaciones de varios países del mundo, que llegarán para participar en el IEC 2024, reflexionarán y vivirán el Misterio eucarístico, iluminados con el tema “Fraternidad para sanar el mundo” “Ustedes son todos hermanos” Mt. 23, 8.
Congresos Eucarísticos Nacionales
Tras la primera clarinada de fe para el mundo que significó la Consagración del Ecuador al Sagrado Corazón de Jesús, las autoridades eclesiásticas de entonces consideraron necesario promover el culto público al Sacratísimo Corazón de Jesús y acompañar las distintas manifestaciones de religiosidad popular, con el objetivo de contribuir a alcanzar la unidad del país, a través de la devoción y vivencia de la Eucaristía. Para lograr tal objetivo, en 1886 la Arquidiócesis de Quito resuelve organizar y convocar el Primer Congreso Eucarístico Nacional, que contó con el apoyo de todas las jurisdicciones eclesiásticas de la época.
A este primer Congreso Eucarístico Nacional, en 1886, le siguieron otros cuatro congresos adicionales en los que se vivieron momentos de profunda espiritualidad y fe en torno a Jesús Eucaristía, Pan vivo bajado del cielo.
Primer Congreso Eucarístico Nacional, 1886
El 21 de junio 1886, la Arquidiócesis de Quito organizó el Primer Congreso Eucarístico Nacional, que se llevó a cabo con ocasión de la celebración del segundo centenario del inicio del culto público al Sagrado Corazón de Jesús. Este primer encuentro para profundizar la devoción al Sacratísimo Corazón de Jesús fue convocado y presidido por el Arzobispo de Quito, Monseñor José Ignacio Ordoñez (1829-1893) y contó con la presencia del Delegado Apostólico Monseñor Benjamín Cavicchioni, Arzobispo de Amida.
Los temas propuestos para este primer Congreso fueron: La Santa Eucaristía. El Sagrado Corazón de Jesús. Promoción del espíritu católico en el pueblo. Propaganda cristiana.
A propósito de este Primer Congreso Eucarístico Nacional, el entonces Obispo de Ibarra, Monseñor Pedro Rafael González y Calixto, en su Pastoral sobre el culto al Santísimo Corazón de Jesús, expresa: “…brillará cual foco luminoso de piedad y tributará por vez primera al Augusto Corazón un culto nacional y solemne. Entonces ya no resonará por los ámbitos del Ecuador más que un acento: unión fraternal en el Corazón de Jesús, y entonces si, el Ecuador podrá sentir el celestial consuelo de oir al Señor lo que en otro tiempo Israel: Ero Deus vester vosque eritis populus meus” (Yo seré tu Dios y vosotros seréis mi pueblo).
Segundo Congreso Eucarístico Nacional, 1949
Del 15 al 19 de junio de 1949, en Quito, se llevó a cabo el segundo Congreso Eucarístico Nacional, que fue organizado con motivo de la conmemoración del primer centenario de la creación de la Arquidiócesis de Quito (13 de enero de 1848) y los 75 años de la consagración del Ecuador al Sagrado Corazón de Jesús (25 de marzo de 1874).
En un radiomensaje pronunciado por el Santo Padre Pío XII, el domingo 19 de junio de 1949, con ocasión de la clausura del Segundo Congreso Eucarístico Nacional, recordaba que, con este encuentro eucarístico nacional, se pagaba la deuda pendiente, al conmemorar los dos acontecimientos importantes para la iglesia en Ecuador.
“La deuda queda pagada. Testimoniándolo están vuestro imponente número, vuestro ardiente fervor y vuestro irrefrenable entusiasmo. Y en verdad que era justo dar gracias por aquella consagración, a la que se debe, sin duda, la incolumidad de vuestra fe entre tantos obstáculos y ataques”, decía Su Santidad Pío XII.
El legado Pontificio para este Segundo Congreso Eucarístico Nacional fue Mons. Efrén Forni, Nuncio Apostólico en Ecuador.
Tercer Congreso Eucarístico Nacional, 1958
La ciudad de Guayaquil fue la sede del tercer Congreso Eucarístico Nacional, que se llevó a cabo del 24 al 28 septiembre 1958, con ocasión de la elevación de la diócesis de Guayaquil a arquidiócesis. El legado pontificio fue el Cardenal Arzobispo de Quito, Carlos María de la Torre.
La diócesis de Guayaquil fue creada por Su Santidad Gregorio XVI el 29 de enero de 1838 y fue elevada a arquidiócesis el 26 de enero de 1956 por el papa Pío XII.
En este tercer Congreso Eucarístico Nacional se reflexionaron los temas “La Eucaristía y la Familia Cristiana”, a cargo del Dr. Luis Cordero Crespo, alcalde de Cuenca; “La Eucaristía, fuente de energía en la formación cristiana y patriótica de la juventud”, a cargo del P. Jorge Chacón, S. J.; y, “La Eucaristía y los Problemas sociales”, sustentada por Mons. Leonidas Proaño, Obispo de Riobamba.
El Congreso concluyó con un radiomensaje pronunciado por el Santo Padre, Pío XII, quien hizo una breve relación de los actos del Congreso como si hubiera estado presente, felicitó a todos los concurrentes y habló de la Eucaristía como el centro de vida y única esperanza de salvación para el mundo. Terminó impartiendo su bendición apostólica.
Este tercer Congreso Eucarístico tuvo una dimensión latinoamericana, pues contó con la presencia de delegaciones de varios países, como Colombia, Perú, Argentina, Chile, Bolivia, Venezuela y Panamá. Además, contó con la participación del Nuncio Apostólico en Ecuador, Monseñor Opilio Rossi, Arzobispo Titular de Ancira.
Cuarto Congreso Eucarístico Internacional, 1967
La ciudad de Cuenca fue la sede del Cuarto Congreso Eucarístico Nacional, que se celebró del 24 al 28 de mayo de 1967, con la presencia del Cardenal Julius August Döpfner, Arzobispo de Múnich, como Legado Pontificio.
Previo a la realización de este nuevo Congreso, el arzobispo de Cuenca, Monseñor Manuel Serrano Abad promovió en toda la arquidiócesis y en el resto del país el “Año Eucarístico”, con una “Gran Misión y la renovación total de vida en Cristo y por Cristo” en preparación al IV Congreso Eucarístico Nacional.
En el radiomensaje, dirigido a los participantes en el IV Congreso Eucarístico Nacional, el domingo 28 de mayo de 1967, el papa Paulo VI (San Paulo VI) destacó que en el Congreso se ha “vivido con particular intensidad en estas jornadas el misterio de Cristo, Sacerdote de la gran familia humana y Víctima suprema: en el altar y por el ministerio de los sacerdotes renueva El su oblación en favor de la humanidad rescatada con su sangre en la Cruz”.
“Ojalá el Año Eucarístico, cuyo broche de oro quiere ser este Congreso, deje en vuestras almas un mayor aprecio de la participación consciente en la Santa Misa para vivir en consecuencia el sacerdocio que compete al pueblo de Dios.
De estas solemnidades salga también vuestra fe en este misterio robustecida y aumentada la estima de la presencia real y sustancial de Cristo en la Eucaristía. Felices vuestras ciudades y aldeas felices vosotros y vuestros descendientes si nunca se apaga en vuestros templos la llama trémula que señala el Sagrario; bienaventurados vosotros si sabéis interpretar su mensaje y captar su voz que os dice: ¡Ahí está Cristo!”, agregaba el Santo Padre.
En la ceremonia de clausura del IV Congreso Eucarístico Nacional se llevó a cabo la consagración de la Catedral de Cuenca a la Virgen María Inmaculada, en presencia del delegado del Santo Padre Paulo VI, cardenal Julio Döpfner, arzobispo de Múnich.
Quinto Congreso Eucarístico Nacional, 1988
Con el tema central “Con María a Cristo, Pan de vida bajado del cielo”, del 13-20 de noviembre 1988, se llevó a cabo en la ciudad de Guayaquil el Quinto Congreso Eucarístico Nacional.
Este V Congreso Eucarístico Nacional se propuso como objetivo fundamental hacer que la Sagrada Eucaristía ocupe el lugar central en la vida cristiana, tanto individual como colectiva.
Así también se procuró que “todo el empeño se dirija a mejorar la adoración y el culto debidos a la Sagrada Eucaristía; que se purifique y eleve la piedad popular y la personal, mediante el esmerado ejercicio de la liturgia; que la Sagrada Eucaristía influya poderosamente en la vida de las personas y de las comunidades, renovándolas según los deseos del Sagrado Corazón de Jesús y, por tanto, mejorando las costumbres, la moralidad en la vida pública y privada, sobre todo, en el ámbito de la familia”.
El Papa Juan Pablo II (San Juan Pablo II) envió como su representante a este V Congreso Eucarístico Nacional al Cardenal Eduardo Martínez Somalo, Prefecto de la Congregación para el culto divino.
En su mensaje dirigido al quinto Congreso Eucarístico Nacional, el papa Juan Pablo II expresó: “En mi plegaria ante el sagrario pido a Jesús Sacramentado que el Congreso Eucarístico Nacional de Guayaquil marque un hito en la historia de la Iglesia en el Ecuador: Que la confirme como Iglesia comprometida en la nueva evangelización a la que toda América Latina está llamada de cara al V Centenario de la llegada del mensaje salvador al nuevo mundo. Que sea una Iglesia en la que florezcan abundantes vocaciones sacerdotales y religiosas y que se empeñe decididamente en edificar la civilización de la verdad y la justicia, del amor y de la libertad”.
Así, el Ecuador, que es un país eucarístico, desde 1874, al ser la sede del 53° Congreso Eucarístico Internacional, que se realizará del 8 al 15 de septiembre próximo, se apresta a revivir con gran intensidad los momentos de fe y devoción al Misterio eucarístico, como lo ha venido haciendo desde la histórica Consagración al Sagrado Corazón de Jesús.