El Sagrado Corazón de Jesús ocupa un lugar central en la fe católica y en la vida espiritual de los cristianos en Ecuador. A través del testimonio del Padre Ernesto León Díaz, o.cc.ss., Superior General de la Congregación de Padres Oblatos, conoceremos cómo el amor divino encarnado en el corazón de Jesús ha dejado una huella perdurable en nuestras vidas.

La historia y significado del Sagrado Corazón de Jesús en Ecuador

El P. Ernesto León Díaz nos da a conocer que la  historia del Sagrado Corazón de Jesús, se remonta a las revelaciones que Santa Margarita María de Alacoque recibió en el siglo XVII. Estas manifestaciones dieron lugar a promesas divinas para aquellas personas devotas del Sagrado Corazón.

La devoción creció, además, con la influencia de San Felipe Neri, sacerdote y místico italiano  y San Juan Eudes, sacerdote misionero francés, quienes desempeñaron roles fundamentales en la propagación de esta devoción en la Iglesia. En este punto sería injusto no mencionar a Claudio de la Colombiere, jesuíta, director espiritual de Santa Margarita, gran propagador de la devoción a este divino Corazón. “En realidad grandes Santos de finales del siglo XVI y del XVII, impulsaron la teología en torno al Sagrado Corazón de Jesús, en otro momento sería oportuno hablar de dos concepciones sobre el Sagrado Corazón de Jesús, la caridad y el sacrificio, o el amor y la pasión”, sostuvo el Padre General de los Oblatos.

En el caso específico de Ecuador, el país fue consagrado al Sagrado Corazón de Jesús el 25 de marzo de 1874. Esta consagración implica el reconocimiento de que Ecuador le pertenece a Dios y al Sagrado Corazón de Jesús. “El Sagrado Corazón de Jesús, diría el Padre Julio María Matovelle, nuestro fundador de Oblatos y Oblatas,  es la mayor manifestación de la caridad de Dios a los hombres. Es decir, en el Sagrado Corazón de Jesús encontramos al mismo Dios amándonos. Y, desde luego, vale la pena poner en evidencia que esta consagración se hizo desde una doble perspectiva: la civil (vida política) y la eclesiástica desde la fe. Se trata entonces, de una consagración avalada por un voto civil y eclesiástico que reconoce al Sagrado Corazón de Jesús como el Rey y el Señor de Ecuador”.

En este contexto, el P. Ernesto León, o.cc.ss., afirma que lo mismo ocurrió en 1892 con la consagración del país al Inmaculado Corazón de María cuyo artífice en su calidad de Parlamentario, fue el Venerable Padre Matovelle.  Esto significa que el Ecuador está consagrado al Corazón de Jesús y al Inmaculado Corazón de María, lo cual implica afirmar que, “a Cristo le confiamos no solamente el gobierno de nuestra vida, sino también el gobierno de Ecuador y el gobierno del mundo, porque todo fue creado, dice las Sagradas Escrituras, por Él y para Él”.

El cuadro del Sagrado Corazón de Jesús y su significado:

En la última mitad del siglo XIX, existió en Ecuador una importante dinastía de artistas y pintores, según comenta el P. Ernesto León Díaz y en razón de lo dicho, el lienzo original, del Sagrado Corazón de Jesús fue pintado por Rafael Salas, miembro de esta dinastía,  el lienzo referido está custodiado con amor y devoción en la Casa General de los Padres Oblatos en Quito.

En la imagen se observa al Sagrado Corazón de Jesús sosteniendo el mundo en la mano, manifestando que Él es el Señor del mundo, Rey de la historia y centro de nuestros corazones.

En el pecho del Sagrado Corazón de Jesús,se observa que de su corazón brotan gotas de sangre, lo cual evoca dos eventos significativos: el primero, el de la Sagrada Eucaristía, donde Jesús nos invita a recibir su Cuerpo y a beber su Sangre; y el segundo, nos remite al acontecimiento de la Cruz, donde Jesús, derramó su sangre por el inmenso amor a la humanidad.

El P. Ernesto León Díaz, o.cc.ss., afirma que en el lienzo se contiene la fe profunda de un pueblo en el Hijo de Dios, que lo reconoce como su Rey y Señor. Este cuadro no solo tiene valor por su autor, antigüedad o marco, sino fundamentalmente porque simboliza el “voto” de una nación al Sagrado Corazón como propiedad suya.

La transformación del corazón humano a través del Sagrado Corazón de Jesús

El P. Ernesto León Díaz nos brinda su perspectiva sobre la frase bíblica: «Les cambiaré el corazón de piedra por un corazón de carne» del profeta Ezequiel (Ez 36, 26). Su significado indica,  que no se puede desconocer que el Corazón de Jesús contemplado como amor, caridad y sacrificio, se encuentra presente en los datos del Antiguo y del Nuevo Testamento.

“Esto no es una lectura forzada de la Sagrada Escritura, simplemente, la lectura remite a la comprensión de Jesucristo hecho hombre por amor a los hombres cuyas implicaciones en orden práctico pide del ser humano tener un corazón de carne como el de Él para amar y perdonar hasta los excesos de la Cruz, tal circunstancia nos conduce a afirmar que, el Corazón de Cristo atraviesa toda la historia de la salvación desde el instante mismo de la creación. Si el Corazón de Dios en Jesucristo se manifiesta de carne para su pueblo, ¿por qué el corazón del hombre se revela como de piedra frente al amor de Dios?”.

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