¿Es la del Ecuador una historia de hermanos o de enemigos?
Con una retrospectiva, a partir de la pregunta de si la del Ecuador es una historia de hermanos o de enemigos, el periodista y escritor Gonzalo Ortiz Crespo expuso en el panel inaugural del Simposio Teológico, “Fraternidad para sanar el mundo”, que dio inicio este miércoles 4 de septiembre, en la Pontificia Universidad Católica del Ecuador. En la segunda ponencia de la jornada, admitió que, si bien es cierto se han registrado varios casos de falta de fraternidad, consideró también que no se puede compartir una visión tan catastrófica, porque también hay múltiples expresiones de fraternidad “en las familias, donde se hacen sacrificios inmensos por los demás, generación tras generación”
Así también, recordó que en la historia hay “cientos, miles de sacerdotes, de religiosos y religiosas, de agentes de pastoral, salvando algunos casos, han estado de verdad al servicio de los demás”.
Apuntó que con san Juan XXIII y el Concilio Vaticano II “resurgió el tema de la fraternidad como central al catolicismo” y, dijo también que a partir del “mensaje del Papa bueno, pasando por la Gaudium et Spes, Medellín y Puebla, una parte de la Iglesia latinoamericana viene demostrando en su vida la opción preferencial por los pobres y la conciencia de que todos los hombres somos hermanos”.
De igual manera, citó varias expresiones del papa Francisco, en su encíclica Fratelli Tutti, que según dijo, es un documento dedicado “a la fraternidad humana y a la amistad social”, y en el acoge el lema de la Revolución Francesa, “de la Libertad, Igualdad y Fraternidad”, que -según remarcó- debería ser recogido por el Ecuador para poder “en el futuro crear una historia del Ecuador más de hermanos que de enemigos”.
Citando textos de la encíclica Fratelli Tutti, expresó que así se logrará crear una historia “donde todos tengan derecho a vivir con dignidad y a desarrollarse integralmente”, como se lee en el en la encíclica del papa Francisco, “invirtiendo a favor de los frágiles, de las personas con discapacidad, de los pobres, actuando con solidaridad, con sentido de comunidad, proponiendo de nuevo la función social de la propiedad”.
“Solo así la identidad del pueblo ecuatoriano, esa “identidad hecha de lazos sociales y culturales” nos llevará a un proyecto común, duradero, de transformación y crecimiento”, concluyó.
