Desde el siglo XIX en Francia, hasta Quito, 2024, los Congresos Eucarísticos Internacionales forman parte de la vida del católico, porque son celebraciones que permiten vivir la experiencia transformadora por la presencia de Jesús Eucaristía.

Todo comenzó en Lille, Francia en 1881. Émilie Tamisier quien, inspirada por San Pedro Julián Eymard y su vida dedicada al culto de la Eucaristía, organiza el primer Congreso Eucarístico Internacional, bajo la bendición del Papa León XIII, con el tema “Culto y obras eucarísticas en diferentes países”. Así inicia una larga trayectoria de encuentros que motivan a fortalecer la fe en la Eucaristía, recalcando su importancia en la vida de los fieles.

Primer Congreso Eucarístico Internacional en América Latina

El primer congreso eucarístico internacional, celebrado en Latinoamérica, ocurrió en Buenos Aires, Argentina, del 10 al 14 de octubre de 1934, con el tema “La realeza social de Cristo a través de la Eucaristía”.

El congreso fue organizado por la arquidiócesis de Buenos Aires y contó con la participación del Cardenal Eugenio Pacelli (que luego sería elegido como Papa) y de monseñor Thomas Louis Heylen, presidente del Pontificio Consejo de los Congresos Eucarísticos Internacionales como legados del Papa Pío XI.

Este encuentro dejó la mayor movilización de fieles registrada hasta 2014.

Frente a una situación socioeconómica difícil y la pérdida de espiritualidad, los obispos argentinos presentaron una carta pastoral colectiva en 1933 donde anunciaban la realización del Congreso Eucarístico Internacional como respuesta al materialismo, egoísmo e indiferencia de la sociedad mundial de aquella época.

De Buenos Aires a Río de Janeiro

Más adelante se uniría Río de Janeiro a la acogida del Congreso Eucarístico Internacional en suelo latinoamericano, del 17 al 24 de julio de 1955, bajo el tema “El Reino Eucarístico de Cristo Redentor”. El Congreso Eucarístico en Brasil marcó el momento de mayor devoción en el país. Incluso varios medios católicos de la época afirmaron que este congreso dividió la historia católica del país en un antes y un después.

Así mismo, el Congreso Eucarístico dio paso a la realización de la primera Conferencia del episcopado latinoamericano, tras lo cual se fundó el Consejo Episcopal Latinoamericano, CELAM, con la bendición del Papa Pío XII.

Previo a la realización del Congreso Eucarístico Internacional, el cardenal Giacomo de Barros Câmara, arzobispo de Río anunció el inicio del Año Eucarístico, inaugurado en julio de 1954 con una misa en el estadio de Maracaná abarrotado por casi 200 mil fieles.

Colombia, el tercer país latinoamericano en acoger el IEC

Colombia fue el tercer país latinoamericano en acoger un Congreso Eucarístico Internacional, del 18 al 25 agosto de 1968, con el tema Vinculum Charitatis, que quiere decir Vínculo de Amor. El Congreso, que se llevó a cabo en la capital colombiana, Bogotá, destaca por la visita del Papa Pablo VI quien hizo un llamado a la paz a través de las palabras y las acciones. Así mismo, se revisaron los resultados del Concilio Vaticano II que trajo consigo un amplio cambio a la iglesia para adaptarse a la sociedad de ese tiempo, propiciando una mayor participación de laicos en la iglesia en espacios para la evangelización.

La iglesia católica en América Latina buscaba responder a una realidad social y política preocupante, por la demanda social de justicia y la imposición de regímenes dictatoriales en varios países del continente, por lo que el Papa Pablo VI quiso participar en el Congreso Eucarístico Internacional no únicamente para celebrar la Eucaristía con los peregrinos procedentes de todo el mundo, que se reunieron en Medellín, sino también para mirar personalmente los graves problemas del continente, recoger las inquietudes y angustias de los pobres y ofrecer algunas reflexiones, que luego fueron abordados abiertamente en la II Conferencia General del Episcopado latinoamericano, la de Medellín, inaugurada por el Papa en la catedral de Bogotá durante su viaje apostólico.
Este 39° Congreso Eucarístico Internacional lo organizó la arquidiócesis de Bogotá y fue presidido por el Legado Pontificio Cardenal Giacomo Lercaro.

México, el Congreso del nuevo milenio

El congreso de Guadalajara, México, fue el primer Congreso Eucarístico Internacional que se realizó en América Latina en el siglo XXI. Al iniciar el milenio, se realizó el Gran Jubileo del año 2000, que conmemoró la encarnación de Jesús y cuyo centro focal fue la Eucaristía, como lo propuso el Papa Juan Pablo II.

El congreso, que se realizó del 10 al 17 de octubre de 2004, reflexionó sobre el tema “La Eucaristía: Luz y Vida del nuevo milenio”. Lo presidió el Cardenal Juan Sandoval Iniguez, Arzobispo de Guadalajara, y participó como Legado Pontificio el Cardenal Josef Tomko.

Un año antes, en 2003, los obispos mexicanos en asamblea plenaria declararon el 2004 como el año de la Eucaristía como preparación para el Congreso Eucarístico Internacional.

El acto más llamativo de este congreso fue la Vigilia de Adoración Eucarística que congregó a cerca de 25 mil jóvenes. El Papa Juan Pablo II denominó a los jóvenes asistentes como “Centinelas de la esperanza”.

Quito, Ciudad Eucarística, sede del IEC 2024

Luego de 20 años de haberse realizado un Congreso Eucarístico Internacional en América Latina, la ciudad de Quito, Ecuador, será la sede del 53° Congreso Eucarístico Internacional, del 8 al 15 de septiembre de 2024, con el tema “Fraternidad para Sanar el Mundo”.
La sede fue escogida por el Papa Francisco con motivo de la conmemoración de los 150 años de la Consagración del Ecuador al Sagrado Corazón de Jesús.

Frente a un mundo herido por los problemas sociales, los efectos post pandemia, la individualidad de lo digital y las guerras, se propone a la fraternidad, que tiene su fuente en la Eucaristía, para sanar las heridas y reconstruir una sociedad de paz y diálogo.

Este 53° Congreso Eucarístico Internacional busca que todos los fieles sepan reconocerse como hermanos, rompiendo las barreras de las pantallas y los idiomas para construir puentes con conexiones humanas más espirituales.

Redacción: Génesis Almeida

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